30 de noviembre de 2007

Publicidad y literatura

Hace un tiempo, Seat utilizó un texto de Julio Cortázar de su libro Historias de Cronopios y Famas. Concretamente, su Preámbulo a las instrucciones para dar cuerda al reloj que, además, leía él en persona.

Hubo cierta polémica sobre si era lícito utilizar a un literato para vender coches, si el bueno de Julio lo hubiera aceptado...

Ahora mismo, emiten en televisión otro anuncio, este de Repsol, con un famoso poema de de Rudyard Kipling, titulado If, extraordinariamente declamado por José Sacristán.

Lejos de molestarnos, deberíamos agradecer a los publicistas estos detalles de cultura, pequeñas dosis de literatura que, en escasos veinte segundos, pueden hacer una extraordinaria labor educativa, mucho más interesante que imitar las patadas al idioma de Chiquito de la Calzada, por ejemplo.

Es más, deberían citar sus fuentes, hacer partícipes a todos de la extraordinaria fuerza de esas palabras, correspondiendo así a los autores por los pigües beneficios que el uso de sus creaciones les van a reportar.

Ojalá cunda el ejemplo y la televisión se llene de literatura, ojalá cuando compres un coche te regalen un libro o cuando llenes el depósito el dependiente, con una sonrisa de oreja a oreja, se despida de ti con un:

If you can fill the unforgiving minute
With sixty seconds' worth of distance run -
Yours is the Earth and everything that's in it,
And - which is more - you'll be a Man my son!





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