
La justificación de esta guerra de formatos se centraba casi exclusivamente en la industria del cine, que buscaba un formato en alta definición compatible con el que ellos mismos utilizan para archivar sus producciones, evitando tener que exportar a un formato final diferente. Con blu Ray no será necesario, ya que trabaja a una definición de 1920x1080 (1080p), la misma que los estudios. Esto, en la práctica, debería suponer un abaratamiento en los costes de producción.
En cuanto al usuario informático, dada la proliferación de soportes de almacenamiento, entre los que destacan los discos duros externos y las memorias tipo pendrive, la repercusión no será tan grande.
Esta vez Sony ha ganado: Desde su derrota en la guerra de formatos Beta/VHS han aprendido muchas cosas.
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